jueves, 29 de diciembre de 2011

Despidiendo el 2011 con carne

El equipo Mar Abierto les desea un 2012 delicioso. Desde la izq. Alexis Cuzme (asistente edición), Diana Zavala, Lady Carne Tierna, Anyela Rivas (secretaria) y José Márquez (diseñador).

sábado, 24 de diciembre de 2011

"Penetrante literatura"

Carne tierna y otros platos, libro de Diana Zavala, reúne varios relatos. Unos cuentos cuyo centro no es el testimonio, ni la denuncia ni solamente el reflejo de la cotidianidad, y tampoco el buscar el asombro afincado en sus temas. Unos cuentos que son, con letras redondas, literatura. 

Penetrante literatura que no se basa en fotografiar la realidad sino en crear personajes y situaciones mediante ...un lenguaje. Es en el lenguaje, en su dura cadencia, en su fluir y configurar la angustia de sus personajes, en donde el libro consigue desplegar toda su potencia. Es ahí, en la confrontación y el acabose de la desdicha diaria en donde hierven estos platos y, especialmente, en los finales de cada cuento: sorpresivos, poderosos, cautivantes, ricos en su acritud y su belleza. 

Cuando parece que en la actualidad todo es conveniencias fútiles, desesperación por estar en la palestra y acondicionar las obras para que caigan en alguna categoría, surge la literatura de Diana, que es como un piedrazo en la boca. Duro y perturbador.

Es el lenguaje el que se adecua al texto y no al revés, como creen muchos puritanos;  hay la certeza de hacer literatura sin que parezca, en el libro, y conmueve por la elección de la palabra, áspera e inclemente. Crea universos mediante el uso de frases y diálogos que parecerían toscos pero que confrontan al prejuicio de los personajes antagonistas, desde ese no-lugar se esparce la angustiante escritura de este libro, por ello no puede ser otra cosa sino literatura, fición que va más allá de lo periodístico o testimonial aunque se valga de alguno de sus recursos.


Juan Secaira,  Licenciado en Comunicación y Literatura
Escritor

jueves, 17 de noviembre de 2011

CARNE TIERNA DE DIANA ZAVALA Y UNA POSIBLE LECTURA POR CARMEN VÁSCONES



Textos Nada tiernos. Sin piedad la tierna carne vive el desembolso de la psique empantanada en el cuerpo, la emoción encharca como cortapapel la imaginación.  Búsquedas fragmentadas.  El sexo, la genitalidad o el inquietante  desenganche de un placer inconcebible se desborona como feto en el desagüe cuando “bajan la válvula”, el silencio, la tormenta del coito y su banquete de insatisfacciones,  encuentros bajo “espejo perverso” que acomete la embestida del personaje que se arropa de la soledad de no saberse en ese que mira, ignora o ataca .

Los platos del texto producen un comensal agrietado en la palabra. Salprieta, pimienta, ají y otros condimentos “para arrancarles los trapitos a la historia” No es lo que es pero es algo que acomete a la fantasía expuesta impúdicamente.  No hay tal inocencia para la “coartada” de la libertad que despotrica entre impotencia, precocidades fisgonea al otro o la otra en la narración que desmadeja la alienación del deseo en el delito del goce señalando la acometida del hastío “como una mujer sin manos”, ¿dónde falta la palabra para abordar el argumento de la historia, aunque sea  de una sola vida?

El cuerpo: un sepulcro o salvo conducto para el “amor humo”…

En el texto “carne tierna” título del libro,  calibra lo insignificante humano, esto es un “feto en el basurero” tema del pan de cada día para  reportaje, la foto, el vaciado,  el derecho, el decidir “desvergonzada”  ¿acaso la máxima expresión del abandono del sexo en la cuneta del sinsabor humano?

El corazón a veces puede ser un ave de rapiña que carcome por dentro y por fuera.  Lo incompleto con el otro, esa otramente y su poder no decir y si habla eso no es, es más allá de lo que suponemos. Dos tocan el vaciamiento del contacto, del tacto, del acto.

La fricción y el destiempo.  La no complacencia y el miedo atragantado y una vida no común en el común dominador del lugar común: la sexualidad mutilada, la no complacencia cercena. Entre lo femenino y masculino ese instante donde se desmitifica el sentido de la existencia.  Faltan dos para desafiar el cuerpo en la imagen sin nombre.

Contar con uno para que un relato nazca, que no se quede en “qué piensas” o “mientes” ante lo indescifrable de la desnudez desabrida del afecto incompatible con la cópula.  Hay algo más en la mirada que incita acercarse o distanciarse del lecho de la realidad permutable.  Quizás descubrir la soledad y no empacharla de espejismos coitales que revientan al ser, para que la palabra no se estanque en el desamparo de la tristeza y la náusea en la incertidumbre.  Para que no se vomite al verbo antes de digerirlo.

La sexualidad en la escritura acaso una voz interprete que traslada o traduce otras.  Un sujeto creador que supone la apropiación de “saberes tanto masculinos como femeninos”.
Letra e imaginación en el sonido del cuerpo. La letra es algo que se lee, lo que se lee más allá del repudio o la fascinación de lo que ha incitado a alguien a decir, a releerse, a suscitar un desciframiento posible.

Salir y perforar el caos, adentrar en la confusión y traducir la fusión o infusión que todo texto deja en la lengua sin compromiso al gusto o disgusto del sabor crudo del lenguaje polvoso en la carnicería de la contienda humana: el conflicto del ser y un deseo que no se satisface jamás en la excitación o incitación del sentido en la huella o borrador de la memoria porosa.
11/2011

viernes, 11 de noviembre de 2011

Lanzamos en nuestra casa que está de fiesta



Después de presentaciones en Guayaquil (julio 13 - Expo Libro), Portoviejo (2 de septiembre - JCI) y (Quito - 44 Feria Nacional del Libro de la PUCE -14 de septiembre), habrá lanzamiento en Manta el 16 de noviembre en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. El evento será en la Sala de Conciertos Horacio Hidrovo Peñaherrera, a las 19:00. 
Nos sentimos en casa, en el Departamento de Cultura de esta universidad vivimos un proceso que cambió nuestras vidas: el taller literario Soledumbre, que dirige el poeta Pedro Gil. También allí encontramos sello editorial, Mar Abierto auspició la publicación de Carne Tierna y otros platos; los libros de poesía Dedicadencia, de Ernesto Intriago y No Debería haber mujeres buenas, de Yuliana Marcillo. Estas obras, y 'En la Tierra de mi aflicción', de Jessica Galán (edición de autor- Palibrio,) son las que lanzaremos el próximo miércoles. Será un evento especial en honor a la ULEAM que mañana celebra su aniversario número 26.
 Mar Abierto en el 2009 publicó este libro con textos de talleristas.
Artistas de Montedearte nos acompañarán con perfomances breves, cuya inspiración salió de las páginas de los cuatro libros.  Nuestro maestro anuncia una intervención memorable, en mi muro de Facebook posteó
" muchachos.preparo el discurso d mi vida p el 16.en defensa d l poesia.en contra de los artistas d poca monta.eso es todo.bebo,vivo y escribo.y ahi no termina la cosa".
Los libros tendrán un precio especial, estaremos firmando y dialogando con nuestros lectores, la entrada es libre. 
Los esperamos.....


viernes, 23 de septiembre de 2011

Dibujando carne

                                                   Juan García, ilustrador de Carne Tierna y otros platos 

No tengo buena memoria. Si los recuerdos no son constantes se pierden en mi papelera para siempre, de modo que el mes y la fecha se me escapan de la mente. Pero como nada ocurre de manera fortuita, me vi conversando con Diana Zavala en una buseta que agarré desde el trabajo hasta mi casa. La propuesta era interesante: graficar con dibujos el próximo libro que estaba por publicar con la editorial Mar Abierto y que debía presentarse en Guayaquil en la Expo Feria del Libro 2011. Puesto que hacía tres años y más que no dibujaba, el reto era serio. La idea era que los cuentos del libro estarían acompañados de los dibujos.

En unos días ya tenía los borradores que Diana corregía una y otra vez para la aprobación del editor y lo que leía me tenía confundido. Historias de gallos, sexo y gente marginal, bastante en onda con mis gustos, pero lo suficiente bien escrito como para desquiciarme. Los primeros borradores los hice de una manera general, utilizando los tradicionales lápices, para luego aplicar la tinta y los rotuladores; pero el sentido de las historias me perdía por completo, tanto que creí que la primera historia eran realmente dos cuentos diferentes.
                                                                         

Con los primeros dibujos Diana se dio perfecta cuenta de que no había entendido el trasfondo de la lectura. Me aclaró (pacientemente) que lo que leía no era literal, sino construcciones figurativas que una mente preparada debía reinterpretar de manera que la historia cobrara sentido, lo que ella llama “lector macho”; algo que no todos los lectores pueden desarrollar, o que no todas las personas que se creen lectores saben que existe (yo ni estaba familiarizado con el término).

Con la ayuda de Diana, pude entender algunas cosas que se me escapaban de las historias, ya que por el factor tiempo leer mientras se come o duerme es complicado. Debo decir que el problema fundamental era satisfacer los deseos de Diana, ya que si bien hacía lo que me pedía, el resultado siempre era lejano a la imagen que ella tenía en la cabeza.

Por mi falta de empatía más de un dibujo resultó un pálido reflejo de la lectura, y los resultados eran simples lecciones de técnica y estilo antes que el reflejo del texto. Incluso hubo un dibujo que resultó ser algo totalmente ajeno a lo que la historia narraba; así que incluso Diana tuvo que describirme (o sea explicarme como a niño de escuela) en más de una ocasión cosas que para ella eran obvias. Incluso me psicoanalizó para poder comprender lo que yo dibujaba, cosa que no me molesta, puesto que me ha ocurrido en más de una ocasión.


Solo después de la quinta lectura pude extraer la esencia del libro que de todas formas Diana ya me había aclarado. Un proceso que resultó agotador, sobre todo porque en más de un cuento tuve que hacer dos y hasta tres dibujos de lo mismo en diferentes perspectivas; y con el tiempo en contra ya que mi trabajo de diseñador gráfico me absorbe absolutamente.

Finalmente el libro se presentó junto con otras publicaciones de la Colección Almuerzo Desnudo y la aceptación en Guayaquil puede afirmar que el esfuerzo valió la pena, así como en el resto de lanzamientos en los cuales por cuestión de tiempo no estuve presente lamentablemente.

Debo aclarar que fue una satisfacción trabajar con Diana y el personal de la Editorial, lo cual renovó mis ganas de volver a la ilustración. Les agradezco a todos la oportunidad, sobre todo a Diana. Esto me lo he planteado como un reto personal, a fin de retomar el camino que siempre quise, pero que las circunstancias coartaron.

Juan García
21 de Septiembre de 2011

A modo de presentación

 Por: Cristian López 

La literatura ecuatoriana vive un tiempo de cambios, uno de ellos es el apogeo de Talleres de creación literaria; entre los más importantes está el taller de Sara Vanegas, en Cuenca, el de Augusto Rodríguez, en Guayaquil, de Diego Velasco Andrade en Quito. Varios nombres han surgido de estos espacios de construcción, se me vienen a la mente: Freddy Ayala, Adolfo Santiestevan, María de los Ángeles Martínez, Johanna López, Lucero Llanos, en fin, nombres y obras. Pero Manta no ha sido la excepción, y es el poeta Pedro Gil quien, auspiciado por la Universidad Laica Eloy Alfaro, ha trabajado por años para presentar nombres que enriquezcan el patrimonio cultural del país, entre ellos está el nombre de Diana Zavala, con su título: Carne tierna y otros platos, reunión de 10 relatos cortos, donde la cotidianidad se devela como la catarsis por donde allanar en la consumación de estos platos sugestivos.

Para entender el proceso de Diana Zavala, debemos indagar en los objetivos de un Taller Literario. Empiezo por las palabras del poeta quiteño Alfredo Pérez Bermúdez: “Toda la vida ha habido grupos literarios, talleres literarios una especie de pequeñas logias para leer los  textos de cada uno y confrontarlos, toda la vida desde casi siempre.  Porque un escritor necesita de  comunicación,  necesita saber que otro que le lee tiene un criterio sobre lo que ha escrito”, mientras que Paulo Freire, en su Pedagogía del Oprimido, resaltaba el diálogo como una función única de emanciparse, decía: “No hay diálogo, tampoco, si no existe una intensa fe en los hombres” y es esta fe, ápice principal que han tenido varios escritores para poder mostrar su obra, desmitificar cánones, premios, alabanzas mutuas. Esta fe que nos retrotrae a la palabra esperanza. Y sé que existe esperanza en el cambio de las letras ecuatorianas. Diana Zavala es una de aquellas y me siento feliz, porque la literatura necesita de confianza (fiel testimonio de un sujeto para su tiempo con su otro), y tengo confianza al dar la lectura de este libro, que como su prologuista anuncia, disfrutar de este delicioso menú narrativo.

Si bien, el título del libro, y el dibujo de portada nos puede dar una imagen primera, el erotismo como una función de comer. Esta idea de comer que está ligada en el discurso popular como un acto sexual exclusivamente al cuerpo. Pero al iniciar la lectura del primer relato, toda idea antes realizada se desvanece, y solo encuentro personajes desolados, ambientes de mercado, pandemoniums, donde las cicatrices encuentran su vida. Ritos. Máscaras herméticas. Pero algo sacudía en mi cabeza. Volví al primer relato, a Cabeza de Gallo, y recordé a Mario Vargas Llosa cuando rememoraba las palabras de Hemingway, que en sus primeros relatos, mientras escribía, suprimió el hecho principal, y es este descubrimiento que revolucionó sus textos literarios. Aquel silencio que Vargas Llosa denomino el dato escondido. Y es el punto que no encajaba en este primer cuento, y por donde voy a guiar mi análisis. Dato escondido que hace al lector ingresar en la historia para poder desencajar, mejor para poder involucrarse como un personaje más del relato.

Quizá en Polvo de Gallo, el tema esencial sea sexual, pero es el vacío existencial, la soledad, que como marcaría Cioran, no solo nos hace estar solos, sino nos hace ser únicos, sí, únicos en un mundo que la rapidez, la movilidad, o sino, el automatismo, la ganancia, el trabajo bajo presión, la excelencia ha ido envejeciendo ese reconocernos en el otro: “…yo sin palabras, sin movimiento, dejo que hable de mi falta de concentración, de que el problema no es su rapidez, sino mi lentitud y mi obsesión por las caricias previas”

Y es esa soledad el tema esencial, la frase final es clave en este cuento: “El techo es un perverso espejo”. Borges se preguntaba que hecho le hizo temer a los espejos, y Diana Zavala creo encuentra la respuesta cuando anuncia: “un golpe en la puerta o el sueño nos liberé de la pesadilla de estar juntos”, pero también, su salida del relato es sutil e inteligente inteligente, para no caer en la facilidad, nos da un final inusitado: En qué piensas, en las aves, una respuesta extradiegética a la historia, quizá, maravillando su dato escondido. Claro, mi pregunta es ¿Qué le hizo llorar a Nano luego de la repuesta fría de las aves. Por qué rehúye de la inutilidad del amor? No se lo conocerá. Nosotros debemos recrear ese sentimiento.

En el cuento: La noche de aniversario nuevamente el final contrario al hecho narrativo, y el tema de la soledad entre los personajes se edifica como maldición, como un vicio imposible de liberarse. Pero en los diálogos de estos personajes se vivifica la soledad como salvación. Recreemos el cuento, primero nos indica un somero (des)encuentro, el dialecto inicial se funde con la sensualidad de la conquista. El amigo, luego de convencerla, entra al departamento de la mujer a escuchar, como parte de la coartada, música de Serrat. Existe un diálogo, luego de que ella se deja seducir: ¿Tú esposa se merece esto?. No. ¿Yo me merezco esto?. No, no, no Dios. Como podemos ver los dos personajes entran en su batalla con la moralidad y el deseo del placer, a lo que termina diciendo: Si te hubiera conocido en otra vida no te dejaría escapar, la culpa se deviene como objeto de deseo.

Una de los méritos en este cuento, es que Diana Zavala logra transformar los elementos más próximos en lid de la imaginación. El final, donde la mujer reconoce esa mancha en su vida, como bien lo señala Roy Sigüenza, el amor como la muerte mancha, esta mancha denominada Soledad: “lo hallé sudándome el mueble, llevaba solo las medias, con una mano fumaba y con la otra trataba de hacerlo crecer”.Este reconocimiento que obliga y arrastra a las profundidades del infierno, vicio que nos abandona en una seda de desencanto.

Diana Zavala, desde estos ingredientes cercanos (dialecto, seducción, soledad) pone en cuestión los valores que nos aquejan, nos revela la mentira en la que estamos abocados, en el cuento La Campaña, el personaje se enfrenta a una crisis dentro de la narración: la protagonista, joven universitaria,  es sometida a la vacunación contra la rubeola dentro de unacampaña del ministerio de salud. El problema en que deviene es que se encuentra embarazada, aquí nace el conflicto: “Empezó a contabilizar los días fértiles de su ciclo; descubrió que su aventura en el baño con el mensajero ocurrió el infalible día 14”, sucede en sí la reflexión:“haz que salga ahora que no tiene forma de niño, ahora que no lo quiero, ahora que nos dolerá menos”. La autora acepta la fragilidad de la mujer en un mundo donde el individualismo está por todas partes, nos dice en el cuento: “ignoraron sus sollozos, criticando a las finalistas del miss universo”.

Una de las cosas importantes que hay que acotar en esta presentación y que he leído en varios ensayos sobre este libro, es que es un libro de negación contra una moral pacata, a lo que yo negaría en lo absoluto. Estoy de acuerdo en que simplemente se niegan algunos valores que tradicionalmente se han considerado válidos, por ejemplo, el machismo, la falta de creencias, el no respeto a la vida, en fin. Pero creo que la importancia lo develan sus personajes, que en cada final del cuento tratan de iniciar una metamorfosis a la liberación. Se desprenden de su entorno, tratan de encontrar su identidad. Pero algo, espero que lo tome Diana como un consejo de un lector, si bien, la estructura narrativa es interesante, y rememoro lo que alguna vez leí en un ayer, palabras del escritor Jorge Volpi sobre la muerte de la Literatura, que mucho se ha culpado a los profesores de esta materia, y que en algo en razón tienen, pero el escritor mexicano aseveraba algo importante (mi memoria me falla, pido disculpas): “Son los escritores y los lectores de literatura quienes ayudan al decaimiento de la literatura cuando se entretienen en un solo tema (él hablaba de la literatura gótica)”, hay que reconocer que tiene razón. Una de las virtudes de la narrativa, y que diferencia a la poesía, es que podemos salir en busca de ella, que nos da más libertad, más amplitud. Quisiera una Diana Zavala indagando aspectos de reflexión en otros ámbitos, partir desde otros ingredientes que se hacen poesía en su voz narrativa, y también felicito a Diana porque me mostró un mundo allanado en la desilusión, pero con esa fortaleza, propia del ser humano. Me regaló una nueva soledad.
Y, en palabras de Charles Bukowski, Diana:

Si vas a intentar, recorre todo el camino
No hay otro sentimiento como ese
Estarás a solas con los dioses
Y las noches se encenderán con fuego.

Diana ingresaste a un camino duro, donde la única recompensa que tienes al escribir, como la vida misma, es allanar tu vida de descubrimientos, de conocimientos.

(Texto leído en la presentación de Carne tierna y otros platos, Quito- 14 de septiembre de 2011, en la 44ª Feria Nacional del Libro de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador).

viernes, 9 de septiembre de 2011

Álbum Los Tres Platos en Portoviejo

Comparto varias imágenes (cortesía del  fotógrafo Rodolfo Párraga - Palermo) del evento literario Los Tres Platos, realizado la noche del 2 de septiembre, en la JCI - Portoviejo. Gracias por acompañarnos en el lanzamiento de  los libros de poesía No debería haber mujeres buenas, de Yuliana Marcillo; Dedicadencia, de Ernesto Intriago y de  mis  relatos servidos en  Carne Tierna y otros Platos.
Lady Carne Tierna 


 Una amiga giganta, por lo grande de su amistad, nada que ver con el personaje.


                                   


El señor
Mar Abierto

Lady y Ernesto Intriago " ¿Es para mí el banquete?"


                                                        La modelo y el diseñador de las portadas



                                                         Con los organizadores de la JCI 

                                               

               ¿Por qué sonríen?
                Ernesto Intriago


Con mis soledumbres:  Ernesto y Yuliana
  
 De izq.  Los poetas Alexis Cuzme, Pedro Rosa Balda y Ubaldo Gil, director de Mar Abierto.

 Apreciando las ilustraciones de Carne Tierna y otros platos, de Juan Carlos García.

                                           Expresiones

lunes, 5 de septiembre de 2011

Un libro que busca problemas


 Alexis Cuzme analiza Carne Tierna y otros platos en la presentación que se realizó en Portoviejo, el 2 de septiembre.


¿Qué hacemos cuando nos pesa lo moralista, lo ético y lo “bueno”? ¿Qué hacemos cuando los impulsos naturales de la carne, invocados a gritos, son sofocados por la frustración?.

Carne tierna y otros platos es un libro que busca problemas al prejuicio, al machismo estentóreo y lineal existente. Su propuesta va contra corriente: provocando las historias de finales felices, desencantando con reiteración cada propósito carnal, donde el amor es de ultimátum, recreado con desesperación, aniquilado antes del fin. Y el sexo, aquel del cliché inolvidable, bestial, desenfrenado, sofocante y aliviador, jamás llega a ser en su totalidad.

Es un libro problema porque sus personajes (femeninos, próximos a un feminismo complicado) nos demuestran desde sus diálogos, acciones, escenas tonificadoras y también apabullantes que en el amor persiste el desencanto, la flacidez de los encuentros desapasionados, las pasiones truncadas, un todo caótico arrastrándose en un silencio atronador.

Estos personajes tienen claro su objetivo: no seguir la tradición pacata que el sistema y sociedad moralista continúa imponiendo desde sus distintos escenarios. Estos personajes saben defenderse, exigir, desmoronar cuanto sueño imposible aparezca en el camino. Estos personajes reclaman amor, pero en el proceso de obtenerlo, degüellan sin compasión alguna la esperanza deslumbrante que toda mentira contiene.  

Por ello atinan a compartirnos sus secretos de cama: “Nano se derrumba a los tres y aguantándose a los ocho minutos” (Polvo de gallo). “Impresionó su rapidez para dejarme en piel, el primero que no se atora en los gafetes del sostén. Pensaba mientras me aplastaba su pecho: este tipo promete. Abracé esa inmensa carne blanda, blanca y pecosa, esperé el debut de su miembro en mi noche de aniversario. Sentí dedos, sentí lengua, seguí esperando” (Noche de aniversario). “Tana lo sintió pequeño, pensó hacerlo cambiar de postura, subir para que le toque el punto, se lo iba a decir cuando vio la mueca acentuándole las arrugas y un largo jadeo anunció que la función había terminado” (La última gota de un cínico). “(…) claro prefirió chuparme porque no logra una erección” (Amor humo).  

Secretos narrados desde la impotencia, desde la exigencia de algo mejor y duradero, de ese algo “varonil” que satisfaga, que aplaque el hambre de carne, una carne libidinosa que se cansó de la decepción. 

Y es que la carne, como elemento continuado en esta obra, aparece desde dos francos: la primera latiendo por otra, buscando perforar y ser perforada; la segunda apareciendo entre los dientes de un comensal y desmembrada en el hocico de un perro hambriento. Así lo genital y lo nutritivo, dentro de las tramas, encuentra asidero. Tanto en ese yo femenino hiriente, sin vergüenza, que nos dice desde el fondo que quiere y puede atreverse a más, acabar con la hipocresía y rituales sexuales a los que se ve agobiada. Como el que a través de sus monólogos interiores nos descubre el odio incontenible a la normatividad, o a lo que creemos es lo “correcto” dentro de un machismo increíble, por obtuso.

En este Carne tierna todos buscan la posesión: estar y ser engullidos por alguien; perdurar más allá de los cuartos, de una fiesta popular, en medio de un basurero, dentro de un bus, junto a ávidos y desfachatados comensales. La voz narrativa, múltiple en sus situaciones, idéntica en sus necesidades, se impone. Colérica avanza ante los amantes “flojos”, los traicionados por el orgullo sin erectar, los que aferrados al vicio del tabaquismo no reconocen su decadencia, los aniquilados por la voracidad de su carne no complacida. 

Si hasta ahora, lectores, no hallaron el libro problema, el desmitificador, el hiriente, el de secretos a voces, el negado a callar por la sumisión irracional que persiste en algunas débiles, pues éste es el LIBRO. Una obra, a la que su autora, sin duda, le legó toda su dureza. 


Alexis Cuzme
Portoviejo, 2 septiembre de 2011

viernes, 26 de agosto de 2011

Una entrevista en el blog Ciudad Hecatombe


Carne tierna y otros platos no es un libro de cocina (como he escuchado preguntar con reiteración a algunos incautos interesados en el título), aunque dentro de sus páginas haya presas, desmembradas y sazonadas con las que podemos preparar platos para degustar el paladar morboso que nos acompaña en cada mirada alrededor. No, este libro, es una rareza escrito con las uñas afiladas, desde camas pegajosas, frente a sujetos ególatras y machistas, todo porque sus historias buscan problemas: desmitificar las ausencias del amor, reafirmar la naturaleza sexual femenina y sobre todo desentrañar a la soledad desde sus relaciones, sus conflictos, sus manías intrincadas y muchas veces decepcionantes.
Hay platos que me han sabido agridulces, otros han resultado manjares con lo que he repetido hasta el hartazgo, por ello con el afán de conocer esta receta no convencional desde tierras manabitas, me puse en contacto con su autora, Diana Zavala, una periodista entregada a la perfección y una escritora obsesionada en sus historias. 

Leer entrevista de Alexis Cuzme en su blog 

miércoles, 24 de agosto de 2011

Tres Platos de un Almuerzo Desnudo


Los libros de poesía Dedicadencia (Ernesto  Intriago), No debería haber mujeres buenas (Yuliana Marcillo) y el de relatos  Carne Tierna y otros Platos (Diana Zavala) son el menú literario que se ofrecerá en Portoviejo, el 2 de septiembre, a las 19:30.  Estas obras son parte de la colección Almuerzo Desnudo de la editorial Mar Abierto.  
La capital de los manabitas es el segundo escenario escogido para realizar el lanzamiento de estos textos literarios,  la cita es en la Cámara Junior  Internacional, avenida Reales Tamarindos.  El primero fue el Palacio de Cristal (Guayaquil) en la Feria Internacional del Libro en Ecuador.   El tercer evento será en Quito en la 44ª Feria Nacional del Libro de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, a efectuarse también el próximo mes.  
Los poetas ecuatorianos   Alexis Cuzme,  Roy Sigüenza, y Pedro Rosa Balda  serán los encargados de analizar  las obras.  Esa noche los  tres libros tendrán un precio especial y la editorial Mar Abierto anuncia que obsequiará  ejemplares  de varias colecciones.  La entrada es libre.  

miércoles, 17 de agosto de 2011

Los extraordinarios no deben hacer cosas ordinarias (al menos en literatura)



Por: Patricio Lovato R.

La serie de cuentos: Carne tierna y otros platos, contenida en un libro de la autoría de Diana Zavala, joven escritora y consistente periodista, nos abre un menú que causaría el mismo efecto entre comensales vegetarianos y carnívoros. Quienes lo repasen y tengan las buenas maneras y la moralidad a ultranza, no pasarán de la carta, se harán perturbadoras imágenes encauzadas a lo grotesco. Los espíritus carnívoros, que digieren con preferencia las vísceras de las obsesiones, las presas cortadas y puestas a la sazón de las perversiones básicas y los cortes literarios de tipo sexual, digerirán seguros con su alineado metabolismo cada bocado que se les ofrece.
Este ir y venir de viandas prometen al lector platos extraordinarios, y más bien, entrando en el tema, la autora propone personajes extraordinarios (el hombre pez, la giganta).  Se devela cuando desde la dedicatoria ubica la frase: a mis personajes. Este involucramiento personal con la decena de cuentos y la estructura básica que debe contener cada uno, se cumple. Se construyen personajes, actúan, una historia lineal los hace entrar en conflicto, para precipitar un desenlace. En teoría los requerimientos se hallan cubiertos.
Cómo lo hace.  Separar los textos que diferencian el plato que lo recordamos con deleite o la hamburguesa que se queda en el anonimato. Tomo la delicia de “Manos de licenciada” y encuentro dos personajes que se conocen especulándose, cada uno construido con información dosificada, que se degusta de a poco, hasta quedar con ellos al medio de un escenario de fiesta consumida, y los dos con las ganas intactas. Nos deja (Diana Zavala) mordisquear a manera de indicios, sus caricias preliminares y los tensa de inmediato con las decepciones de quiénes se creen los futuros amantes. Más que lo que representan en su cotidianidad, el valor radica en qué sienten, ahí el sabor de la historia. El frenesí de los complejos contra una perversión encubierta en la moralidad, dejan las manos de un tercer personaje, que nunca aparece como principal, pero interviene decisivamente,  a partir de ahí es imposible dejar de comer hasta el final, hasta el último bocado. Quedarse en el disfrute. Hacer sobremesa.
He concentrado mi apetito en ese texto porque es el ejemplo de cómo hacer que personajes extraordinarios, hagan cosas extraordinarias, aunque aparezcan o los imaginemos. Nos deja a los lectores la tarea de completarlos después de consumido todo. Lo inverso es ampararse en personajes extraordinarios que llegan a forzar acciones ordinarias que no pasan de un levantamiento topográfico, de una crónica periodística con algo de encanto.
El polvo de gallo es un suculento postre para la imaginación de uno de los amantes que quiere ausentarse mientras se abrazan. 
Poner un monstruo con una erección al desenlace de una conversación y una mujer que huye, nos deja intactos, anhelantes. Una giganta llena de comida repasando lo repetible, es otra historia más de desamor.
Revelar un hecho extraordinario ocurrido en un basurero y poner periodistas que actúan de manera cotidiana, los neutraliza. No nos alimenta.
La exigencia de escribir, no digo bien, hay que hacerlo bien, deja en nosotros los consumidores el gozo de un paladar agradecido, que hace más que espacio en el estómago, en la gratitud de la memoria.
Gracias por esas manos, realmente deliciosas…  

lunes, 15 de agosto de 2011

Contraportada

El más grande aporte que un escritor puede hacer a la literatura es contar, con su visión personal, la cotidianidad que le circunda. Y eso es precisamente lo que hace Diana Zavala en cada uno de los textos que componen este libro. Describir de manera cruda y detallada la vida de mujeres oprimidas, liberadas, liberales sin caer en moralismos vacuos ni en juicios fuera de lugar. 
Diana nos toma de la mano y nos va llevando de manera sutil pero firme por el universo crudo que nos rodea y en sus páginas desfila la mujer insatisfecha, la confundida, la engañada, la que engaña, la reprimida, la liberada.
Las historias de “Carne tierna y otros platos” son todas ambientaciones de los trances más usuales de personajes perturbados y atrapados en las redes de su propio infierno.
Diana nos muestra a personajes que se cruzan con nosotros en las calles, gente que de algún modo conocemos o hemos oído hablar retratados desde una especie de Neorrealismo que la autora maneja a la perfección.
Desde el primer cuento “Polvo de gallo”, la autora nos deja vislumbrar la riqueza de su universo ficcional con un texto cargado de descripciones detalladas y con un salto argumental que eleva la calidad del texto. 
A través de una variedad de temas como la frustración, la incomprensión y la violencia la autora construye un discurso narrativo en el que desentraña situaciones cotidianas desde una visión honesta que es una de las obligaciones ocultas de todo escritor.

Finalmente te invito a ti que lees este pequeño comentario a que te atrevas a disfrutar de este delicioso menú narrativo que Diana Zavala ha sazonado con ingenio, buen humor y una depurada técnica narrativa para que disfrutes de cada bocado de esta carne tierna que tienes entre tus manos.



Luis Reynaldo Pérez.
Santo Domingo, República Dominicana.
25 de mayo, 2011.



Poeta, narrador, editor, gestor cultural, ensayista, antólogo. Edita la revista online Luna Insomne donde se publica poesía, narrativa, arte visual y ensayos sobre literatura, arte y cultura. Director-fundador de la Colección Luna Insomne de Literatura Contemporánea.
Fue miembro fundador y coordinador del Taller Literario Litervolución. Miembro del colectivo multidisciplinario Coleactivo.